7/09/2011

You can´t always get what you want/ The Rolling Stones

"You can't always get what you want,
But if you try sometime,
You just might find you get what you need
..."

Charles era un hombre bajito, robusto y buena persona al que la vida trató bien, con educación y tranquilidad.

Siempre soñó con ser un piloto de carreras profesional, pasó su infancia dentro de un viejo tambor metálico de detergente corriendo las carreras más veloces de la historia dentro de su imaginación.
Para asombro de todos, Charlie, como le llamaba su madre, nunca quiso estudiar ni relacionarse con los demás, su vida eran las carreras y la velocidad.

Pasaron los años y para asombro de todos, el piloto interespacial, no salía de su garaje, su carrera de campeón le tenía tan ocupado que incluso a veces, se olvidaba de comer o lavarse, era duro para él, pero así es la vida de un campeón.

Al cumplir los 30, sus padres murieron en un accidente de coche, si el hubiese conducido... estarían vivos, fue un duro golpe para él, tuvo que renunciar a correr el gran premio de Pensylvania, pero así pudo despedirse de ellos y conseguir heredar su preciado garaje...

El estado le obligó a no poder presentarse a los mundiales de automovilismo de ese año, tenían que hacerle pruebas mentales, el estrés es algo que afecta hasta los mejores pilotos pensó...
Tras examinarle a fondo, le concedieron una ayuda gubernamental y le mandaron incapacitado a casa.

Al llegar a su garaje, volvió a los entrenamientos y consiguió ganar en poco tiempo un par de nuevos premios.

El tiempo pasó y pasó, su leyenda crecía y crecía, era el piloto más longevo de la historia y el que más victorías poseía, así que ¿Por qué dejarlo? se convirtió en el primer campeón con 90 años de edad, desnutrido y mal aseado, pero campeón al fin y al cabo...

Meses después, en una carrera sin importancia, cuando iba primero, a dos vueltas del final y a punto de conseguir un nuevo record, su viejo tambor de hojalata se rajó y Charles salió despedido contra el muro de la realidad...
Su viejo coche, ya no podía ser pilotado, ni su ilusión estimulada, el mundo real había llegado.

Poco después, antes de morir, seguramente por aburrimiento, echó la vista atrás y recordó todas sus victorias para finalmente descubrir que malgastó su vida volando en las mieles de un sueño que ni el mismo se molestó en realizar.

¿Cómo es posible que el mayor campeón automovilístico de la historia no supiese ni montar en bicicleta?

Charlie, murió solo, en la oscuridad de su garaje, arrepentido por vivir un sueño en vez de una vida...

 

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